“Lo hemos solicitado en varias ocasiones y nos llega un mes, dos meses, pero luego lo que nos toca es como una UNAP vuelven los medicamentos pequeños”, deploró Perdomo.
Cuando el reloj marca las 9:00 de la noche la carencia se agrava con el cierre de farmacias y la botica popular disponible en el distrito, puesto el centro no cuenta con insumos propios para que el personal pueda brindar el servicio.
Durante el encuentro organizado por la Coordinadora de Organizaciones Barriales Don Bosco (Codonbosco) y encabezado por el director del diario, Miguel Franjul, y la coordinadora de la Mesa Digital, Coralis Orbe, coordinadores de la Junta de Desarrollo de La Cuaba, representantes de las juntas de vecinos y asociaciones del distrito municipal externaron como esta situación les afecta principalmente en horas nocturnas cuando la falta de insumos y vehÃculos para dirigirse al hospital doctor Rodolfo de la Cruz Lora (conocido como el 28), provocan el fallecimiento de vecinos de la comunidad.
“El problema es que el paciente se muere o aguanta que lleguen al 28, pero si no tienen un vehÃculo en el momento se queda ahà mismo o esperar que llegue el 911, que en verdad es un servicio, pero a veces se tarda hasta dos horas”, denunció Perdomo.
No tienen ambulancia
En ese sentido, otra de las quejas de la comunitaria es la falta de una ambulancia en la que desde el centro médico puedan trasladar hasta el hospital más cercano a los pacientes, viéndose en la necesidad de esperar una unidad del Sistema Nacional de Emergencias y Seguridad 9-1-1, misma que en ocasiones tarda hasta dos horas, debido a que se desplaza hasta la localidad desde Santo Domingo Este.
“Por lo menos hay familias que hemos sufrido la frustración de que se nos ha muerto un familiar por no tener atención y le hablo yo que tengo esa frustración con mi hermana, de que mi hermana falleció con dos horas esperando el 911 ni posibilidad de cómo moverse”, lamentó la dama.
A esto y la falta de medicamentos se suma la falta de herramientas médicas para realizar los procedimientos, rayando en la calamidad incluso de la falta de jeringas para suministrar tratamientos, teniendo en ocasiones en horas de la noche los médicos tocar la puerta de los vecinos, para poder colocar la inyección.
“La semana pasada tenÃan un paciente en la clÃnica que por una jeringuilla no se podÃa suministrar el tratamiento que llevaba”, indicó Perdomo al tiempo de agregar que en ocasiones también le son solicitados nebulizadores, ya que el del centro está dañado.



