Como Ingrid, hay muchos que recibieron como legado de sus padres asar puercos a la vista pública y venden decenas de libras de carne, con años mejores que otros.
LAS VENTAS
Este año, las valoraciones de ventas de estos comerciantes fueron positivas.
“Trajimos diez cerdos y ya hemos vendido cuatro. La venta está buena, pero esperamos que en la tarde siga subiendo para no llevarnos nada para atrás”, contó Idaliza Ascencio, al ser abordada durante horas de la mañana de ayer, quien refirió que de no venderse, normalmente se daña la carne que queda.
Los mercaderes, sean del interior o de la misma capital, sacaron de siete y hasta diez marranos, y sobre las 10:00 a.m., de los entrevistados, el que menos había despachado había vendido 2 cerdos y medio.
“Si nos ponemos a comparar con años anteriores, este nos ha ido excelente, y eso que todavía es temprano. Pero ha habido años que todo lo que hemos traído toca llevárselo para atrás”, aseguró Miguel Cruz, quien a las 11:00 A.M. ya había vendido cuatro cerdos de 10.