“Me quitaron la cartera a las seis de la mañana mientras esperaba la guagua para ir al trabajo. Puse la querella y mandaron una patrulla una semana… pero después, nada”, relató una joven residente del sector Madre Vieja Norte, que pidió reserva de su nombre por temor a represalias.
Como ella, muchos habitantes de San Cristóbal aseguran vivir en constante miedo. Dicen que ya no salen de noche y que prefieren denunciar los asaltos en las redes sociales antes que acudir a la Policía.
“La gente no confía en la Policía. Vas a un destacamento y no sabes con quién hablar”, lamentó un vecino del sector Canastica.
Frente a esta ola de delincuencia que golpea a la provincia, el presidente del Consejo Empresarial de San Cristóbal, Vlamirdi Ruiz, pidió a las autoridades policiales “sincerarse” sobre la situación interna que estaría contribuyendo al aumento de los crímenes y atentados contra comerciantes.
“Los empresarios estamos dispuestos a colaborar con herramientas y recursos para que la Policía pueda hacer su trabajo con eficacia”, expresó Ruiz, tras advertir que la inseguridad representa una amenaza directa para el desarrollo económico y la paz social de la provincia.
El dirigente empresarial insistió en que la solución debe ser un esfuerzo conjunto entre el Estado, el sector privado y la comunidad, pero subrayó que la institución del orden debe explicar con claridad qué está fallando y qué necesita para actuar con efectividad.
De su lado, el regidor Frankely Tiburcio Corporán denunció que el clima de inseguridad se ha agravado en los últimos meses sin que las autoridades ofrezcan respuestas contundentes.
Recordó el reciente asesinato del comerciante Alberto Esteban Vázquez Valdez, de 46 años, ultimado en su propio negocio, y aseguró que no solo el municipio cabecera sufre la situación.
“Cambita es tierra de nadie. ¿Quién va a cuidar y defender a San Cristóbal?”, se preguntó con indignación.




