“Ellos le prometieron una mejor vida a la niña, ellos le prometieron que la iban a tener bien, que la iban a poner a estudiar”, así se expresaba la abuela de Smailin Coronado, la niña de siete años de edad que murió tras actos de tortura y barbarie ocasionados por su tía Yokeiry Coronado de la Cruz y el esposo de esta, Jeider Montero Medina, en el sector Los Guandules, del Distrito Nacional.
Arisleydi Coronado expresó el miércoles a los periodistas que fue su propia hermana que pidió a la niña para cuidarla, debido a que no tenía hijos y se sentía sola, pero nunca notó actitudes violentas en ella.
“¿Y qué mejor vida le dieron, la muerte, la muerte fue lo que le dieron ellos?, es un abuso, mi propia hermana. La niña no se pudo defender. Yo necesito por amor a Dios que se haga justicia”, clamó entre lágrimas al expresar que “la niña murió con sed”.
Coronado aseguró que nunca notaron el maltrato, porque la tenían “bien cambiadita, bien vestida”, al tiempo de explicar que cada vez que hablaba con la menor, ella mostraba una sonrisa, por lo que pensó que estaba feliz y eso la mantenía tranquila.
La mujer también indicó que duró alrededor de cinco meses sin ir a ver a la menor porque la madre de Smailin Coronado sufrió un accidente y la estaba cuidando.
A la salida de la audiencia de medida de coerción que conoce el Juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional los familiares de la menor pidieron que se haga justicia.
La audiencia continúa este jueves. Por el caso, el Ministerio Público está pidiendo tres meses de prisión preventiva como medida de coerción contra la pareja.
Los abogados de la mujer solicitaron un análisis psicológico, alegando que padece problemas mentales debido a que escucha música muy alta. Este argumento fue rechazado por la parte querellante.