Estas últimas exigen al gobierno japonés una disculpa y una reparación. Tras décadas de procesos judiciales, Corea del Sur y Japón parecían haber llegado a un compromiso en 2015. El acuerdo pretendía poner fin a la disputa.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, pidió disculpas y prometió donar 8 millones de dólares a un fondo específico.
Sin embargo, muchos coreanos condenaron la falta de sinceridad de las disculpas y el propio gobierno japonés se echó atrás. En consecuencia, fueron las víctimas quienes continuaron la lucha presentando denuncias ante los tribunales de Corea del Sur.
Una decisión del Tribunal Superior de Seúl
Esta sentencia anula la decisión de un tribunal inferior que había desestimado el caso contra las mujeres dos años antes.
El 21 de abril de 2021, al examinar este primer caso civil presentado ante los tribunales de Corea del Sur contra Tokio, un tribunal del distrito central de Seúl había invocado la "inmunidad soberana" de Japón para rechazar las demandas de las víctimas, argumentando que hacerlo podría haber provocado un incidente diplomático. Pero el Tribunal Superior de Seúl dictaminó el jueves que era "razonable afirmar que la inmunidad soberana no debe respetarse [...] en caso de conducta ilegal".
Ordenó el pago de unos 200 millones de wons (unos 141.000 euros) a cada uno de los demandantes, algunos de los cuales ya han fallecido y están representados por sus familias.
La sentencia del jueves de los tribunales surcoreanos es la segunda a favor de las “mujeres de confort”. Pero Japón ya ha reiterado que no tiene ninguna obligación de respetar el veredicto.
Según los historiadores, hasta 200.000 mujeres, en su mayoría coreanas, pero también de otros países asiáticos, incluida China, fueron obligadas a convertirse en esclavas sexuales de los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
Este asunto ha pesado durante mucho tiempo en las relaciones bilaterales entre Seúl y Tokio, que colonizó la península coreana entre 1910 y 1945.